Heráclito dixit:

"Si la felicidad residiera en los placeres del cuerpo, proclamaríamos felices a los bueyes cuando encuentran para comer arvejas amargas"

14 jul 2014

NIños, hambre y presente distópico.

Las alarmas han estallado desde hace varios años en Españistán, un país al sur de Europa donde vivo y sufro. Pero a mis vecinos parece darles igual. Siempre tengo la misma sensación, esa extraña sensación de soledad ante las injusticias. ¿Cómo puede ser que sobre dos millones trescientos mil niños españoles vivan bajo el umbral de la pobreza y la gente siga pensando lo guapo que es tal candidato o tal otro? Los problemas que tenemos no los van a solucionar unas primarias, ni nuevos dirigentes, ni una nueva Constitución. Si bien es cierto que todas estas cosas hacen rebrotar esperanza y alegría. Lo radicalmente absurdo, lo que debería ser eliminado de nuestra sociedad es esta impunidad.
Ya está, como los niños que pasan hambre no son los hijos de los políticos no hay repercusión mediática... En lugar de hacer sistemáticamente una denuncia de esta situación en los medios de manipulación sólo presentan una realidad alternativa y sesgada. Para colmo no quieren reconocer que no hay libertad de prensa. Claro, yo puedo escribir lo que me da la gana... Básicamente porque no tengo lectores, y sobre todo porque lo que escribo no entraña ningún tipo de peligro para el poder. Entre otras cosas por la debilidad de mis argumentos y lo poco inspiradoras que son mis palabras.
Por suerte algo está cambiando, los hambrientos de este país están tomando conciencia. Ojalá no se quede en un suspiro... En televisión nos dicen "cuidado que vamos camino al Crack del 1929", pero en la calle sabemos que el Crack del 29 fue el comienzo de una Revolución Social que no triunfó, pero que se llevó a cabo en el Españistán de los años 30. Recordamos a los miles de jóvenes de todo el mundo que lucharon y murieron el la última Guerra Civil española, aunque algunos preferimos llamarla Revolución Española, fallida pero revolucionaria. En aquellos días los niños pasaban hambre y el pueblo oprimido tomó conciencia.
Señores amos, si no quieren un pueblo en lucha abran sus huchas.

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